El Papa Francisco y la crisis de abusos en Chile: de la negación al mea culpa

La historia reciente de la Iglesia Católica en Chile está marcada por un escándalo que sacudió sus cimientos: los abusos sexuales cometidos por miembros del clero y el encubrimiento sistemático de estos crímenes. El papa Francisco, inicialmente reticente a reconocer la magnitud del problema, terminó protagonizando un giro inesperado que redefinió su pontificado y la relación del Vaticano con las víctimas.​


El caso Karadima y el nombramiento de Barros

En 2010, salieron a la luz las denuncias contra el sacerdote Fernando Karadima, acusado de abusar sexualmente de menores durante décadas. Aunque el Vaticano lo declaró culpable en 2011, el daño ya estaba hecho. La polémica se intensificó en 2015 cuando el papa Francisco nombró a Juan Barros, discípulo cercano de Karadima, como obispo de Osorno. Este nombramiento desató protestas tanto dentro como fuera de la Iglesia chilena, al considerar que Barros había encubierto los abusos de su mentor.​


La visita papal y la negación inicial

Durante su visita a Chile en enero de 2018, el papa Francisco abordó el tema de los abusos, expresando «dolor y vergüenza» por el daño causado. Sin embargo, defendió a Barros, calificando las acusaciones como «calumnias» y afirmando que no había pruebas en su contra. Estas declaraciones generaron una ola de indignación, especialmente entre las víctimas y defensores de los derechos humanos. El cardenal Seán O’Malley, presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, expresó su preocupación por el impacto de las palabras del Papa en los sobrevivientes de abuso sexual.​El País


El giro inesperado: reconocimiento de errores y acciones concretas

Ante la presión mediática y social, el papa Francisco decidió reevaluar su postura. En abril de 2018, admitió haber cometido «graves equivocaciones» en la evaluación del caso Barros y pidió perdón a las víctimas. Posteriormente, envió al arzobispo Charles Scicluna a Chile para investigar las denuncias de abuso y encubrimiento. Tras recibir el informe de Scicluna, el Papa convocó a todos los obispos chilenos al Vaticano en mayo de 2018. En una reunión sin precedentes, los 34 obispos presentaron sus renuncias, de las cuales el Papa aceptó varias, incluyendo la de Barros.​


Consecuencias y reformas

El cambio en la postura del papa Francisco marcó un punto de inflexión en la política del Vaticano respecto a los abusos sexuales. Implementó medidas como la eliminación del secreto pontificio en casos de abuso y la creación de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores. Sin embargo, a pesar de estos avances, las críticas persisten sobre la efectividad y la consistencia de las acciones del Vaticano en la lucha contra la pederastia.​


Reflexión final

El caso de Chile evidenció las dificultades del papa Francisco para abordar de manera efectiva los escándalos de abuso sexual en la Iglesia. Aunque finalmente reconoció sus errores y tomó medidas significativas, el proceso fue tardío y reactivo. Este episodio subraya la necesidad de una respuesta más proactiva y coherente por parte de la Iglesia para restaurar la confianza de los fieles y garantizar la justicia para las víctimas.

Autor

Redacción Vision Clave

Periodismo serio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *