«Jet Set era nuestra vida»: Antonio Espaillat habla del colapso que estremeció a la nación

SANTO DOMINGO ESTE. A semanas de la tragedia ocurrida en el emblemático centro de entretenimiento Jet Set, su gerente general y propietario junto a su madre, Antonio Espaillat, ofreció una entrevista exclusiva en la que abordó con franqueza las causas, consecuencias y heridas abiertas del desplome que dejó múltiples víctimas mortales y un país consternado.

En un tono pausado, afectado y con declaraciones cargadas de dolor, Espaillat explicó cómo se enteró del hecho, reveló las condiciones del local, habló del vínculo emocional con la discoteca y se mostró dispuesto a asumir cualquier responsabilidad legal que le corresponda.

“Mi hermana me llamó desde debajo de los escombros”

Espaillat narró que se encontraba en una feria internacional de tecnología en Las Vegas cuando recibió una llamada de su hermana, quien se encontraba atrapada entre los escombros:
“Escuché una explosión, el techo se desplomó y estamos todos atrapados”, le dijo ella. En cuestión de minutos, él abordó un vuelo de regreso a República Dominicana.

El techo: 30 años de señales ignoradas

Desde que Jet Set se instaló en el antiguo local de un cine en los años 90, los plafones de yeso que cubrían el techo caían periódicamente.
Espaillat reconoció que era una situación habitual: “Se mojaban con el agua de los aires acondicionados y caían. Siempre los cambiábamos. El mismo día del colapso cambiamos plafones”.

Negó, sin embargo, que existiera una advertencia previa de colapso estructural: “Jamás imaginé que algo así podía pasar”.

Sin inspecciones estructurales

El empresario aseguró que en tres décadas nunca se realizó una inspección estructural del techo por parte de las autoridades ni por ingenieros contratados por la empresa: “Sí venían bomberos, ayuntamiento, Salud Pública, pero nunca nadie a evaluar el techo”.
Tampoco recuerda haber sido abordado por ningún ingeniero con recomendaciones de reparación, desmintiendo así una versión que circula en redes sociales sobre una supuesta advertencia ignorada.

Aires acondicionados, casetas y peso en el techo

Sobre los aparatos que reposaban en la parte superior del edificio, Espaillat explicó que había seis unidades de aire acondicionado y tres tinacos de agua, pero que se instalaron siguiendo recomendaciones técnicas:
“Los aires estaban cubiertos con casetas de aluzinc para protegerlos del salitre. No sabíamos el peso exacto. Confiamos en los técnicos que lo montaron hace más de 20 años”.

“Estoy destrozado”: el vínculo personal con Jet Set

Antonio Espaillat definió el Jet Set como “la vida de nuestra familia” y recordó que desde niño creció dentro del ambiente del local fundado por su madre.
“Siempre estaba ahí. Yo no falté a ninguna de las 20 fiestas de diciembre. El día del 52 aniversario del local, toda mi familia estuvo presente”, contó visiblemente afectado.

¿Negligencia empresarial?

Espaillat rechazó que haya actuado con negligencia:
“Si alguien me hubiera dicho que había que hacer algo, lo habría hecho. Mi familia estaba ahí, mis amigos estaban ahí. No había señales, no había advertencias”.

Aclaró que nunca se realizaron cambios estructurales en el techo desde que se mudaron al edificio y que todas las remodelaciones fueron estéticas o de decoración.

Responsabilidad, seguros y consecuencias legales

Aseguró que la empresa tenía un seguro general que cubría riesgos como incendio, terremoto y seguridad para clientes. No supo especificar si incluía colapso por fallas estructurales.
Dijo estar dispuesto a enfrentar cualquier proceso judicial:
“Estoy aquí. No me voy a esconder. Haré frente a todo lo que deba y también a lo que quiera hacer por voluntad propia”.

Diálogo con familias de víctimas

Confirmó que seis empleados fallecieron esa noche y que ya ha hablado con todas sus familias. También ha tenido contacto con familiares de otras víctimas, incluyendo dos niñas que quedaron huérfanas:
“Estamos viendo cómo ayudarlas para que no pierdan el año escolar”.

Negó que algunas de estas familias tuvieran intención de tomar acciones legales, al menos en los casos con los que ha conversado.

Reflexión final: “Esto tiene que cambiar”

“Creo que esto pasó por algo. Esto es una llamada de atención. Tenemos que revisar nuestras edificaciones. Nadie mira el techo en este país y ahora todos lo estamos mirando”, dijo al cerrar la entrevista.
Confirmó que no planea reconstruir en el mismo lugar, pero sí continuar adelante con otros proyectos:
“Tengo que seguir para poder ayudar a todos los que necesiten ayuda”.

Autor

Redacción Vision Clave

Periodismo serio

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