Los fuerzapueblistas ¿llorar con los peledeístas o celebrar con los perremeístas?

Para no pocos analistas, desde los que se reúnen en los callejones y parques de los barrios hasta los que ostentan sofisticados títulos universitarios de toda laya, plantean que los apresamientos de altos dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) echan a esa organización en brazos de la Fuerza del Pueblo.

Es que el apresamiento de Gonzalo Castillo, Ramón Peralta y Donald Guerrero, los más íntimos de los íntimos de Danilo Medina, deja reducida a su mínima expresión las posibilidades de éxito electoral de Abel Martínez, aunque lo deja mucho más empoderado para pactar los mejores términos para su futuro político.

Porque sería descabellado pensar, aunque entre los analistas mencionados no faltan los calvos, que una organización que fue desalojada con furia del poder por la percepción de altos niveles de corrupción pública, sea devuelta al más alto mando justo cuando se está confirmando, por lo menos en términos de percepción, que la corrupción por la cual se sacó es mucho mayor que lo que se presumía.

En este caso, según el expediente, se habla de un esquema de corrupción ordenado por el mismísimo Danilo Medina para inyectar la precandidatura, primero, y la candidatura, después, de Castillo, con unos 19,000 millones de pesos.

Con este caso los fieles seguidores de Leonel Fernández, y todo el país, confirman que el líder de la Fuerza del Pueblo, fue derrotado en las elecciones internas del 2019 mediante fraude, no mediante votos.

Y justo en el momento en el que la historia le da la razón a Leonel Fernández, los líderes fuerzapueblistas, en vez de celebrar eufóricos la reivindicación de su líder, llaman a la moderación, al respeto al debido proceso de ley frente a los imputados de usar dinero público en su contra.

¿Es que a los fuerzapueblistas les ha ganado su antiguo amor al color morado y se compadecen de los palos que le propinan a diestra y siniestra a sus excompañeros?

Se trata más bien de que la capacidad estratégica, la prudencia y la correcta apreciación de la situación política que caracterizó al PLD ha migrado a la Fuerza del Pueblo, en la materia gris albergada bajo un afro por Leonel Fernández. 

Contario a lo que pasó con ese danilismo que ahora se retuerce de dolor en un oscuro callejón con una sola salida, la alta dirección política de la Fuerza del Pueblo entiende que no es momento para emocionalismos. Que lo que procede es allanar el camino de la unidad electoral. 

El triunfo exige dejar atrás radicalismos, posturas suicidades y resentimientos. Leonel sabe que su verdadero triunfo no es ver a sus verdugos tras los barrotes, su éxito, su verdadera reivindicación histórica está en las urnas de las elecciones del año 2024.

Por eso los fuerzapueblistas ni lloran con los peledeístas, aunque respetan su dolor, ni celebran con los perremeístas, que patinan entre perseguir la corrupción o perseguir el triunfo de la reelección.

Porque si persiguen la corrupción, unifican a la oposición; si no la persiguen, defraudan a sus electores y pierden su base.

Ni contigo, ni sin ti.