Manuel Brito

Un refranero mexicano al referirse a uno de los refranes populares en especial al que sostiene: «La pedrada es según sea el tamaño del sapo». En forma sentenciosa significa que según sea la obra que se quiere realizar y los frutos que se quieren obtener así deben ser los medios que se pongan en lo que se hace. Es una especie de que la reacción es del tamaño de la acción de donde venga.

Este refrán es un modelo de concisión y laconismo. Le subyace el tópico: «las causas deben ser proporcionadas a los fines». Variantes: «arreglada al sapo es la pedrada»; «igual al bodegón son las moscas».

Esto explica como hemos visto al presidente Leonel Fernández no detenerse en responder nunca nimiedades, en simplismos propios de nuestra cultura del chisme, que es para muchos su modo de vivir como oficio porque con ello se lucran, se benefician es su única profesión y oficio de dividir. Todo lo que existe histórica y automáticamente se ha  sentido su presencia que nunca agregan ningún valor positivo común, sino en  búsqueda de un tema de interés personal, que impide, efectivamente, avanzar y fortalecer la real estrategia colectiva institucional por más apariencia, sino la de ellos personales pasando a un segundo plano la de todos, aunque vendan, falsamente, que son los mejores o como dice el pueblo «los matatanes» de la dinámica, que cualquiera les compra la película porque hacia ese interés casi obligado, forzado es que quieren de forma manipuladora  llevar a los demás; pero la gente observa muy bien y claro  haciendo su justa conclusión de ellos, porque dejan de un lado el efectivo objetivo social, político, democrático y económico de una sociedad que dicen «estamos luchando por ella».

El debate, las ideas puras del contenido real no interesan o se desconocen, por lo que se cae en las diatribas sin importancia del día a día, y alejan de hacer lo concreto para aportar colectivamente el valor agregado a nuestra razón de ser en lo personal o en la entidad en que están ya sea está social, profesional o política, aunque piensen, falsamente, que se la están «comiendo» como diría un amigo sureño, a propósito del tema en el argot popular. 

Realmente, es lo que viene ocurriendo con lo que prometió Luís Abinader y el PRM «el cambio» sin obras importantes a exhibir, a pesar de más de 30 mil millones de dólares en préstamos, inseguridad ciudadana, desempleo, abandonada salud, educación, la agricultura y una de la inflación más alta en los productos de primera necesidad. Por igual las medicinas, la política migratoria, los materiales de la construcción, los servicios, definitivamente insostenible. Un caos. Y tiene Abinader el tupé de querer vender como que ellos fueron que descubrieron en su Gobierno el turismo, (las playas y montañas, los hoteles, el clima, la calidez en nuestra gente) como actividad de ingreso económico y de política pública en el país. 

Como señala, a propósito de este tema, mi amigo personal en su última reflexión, José Frank Peña Guaba, cuando dice que para los dominicanos, la política es la principal forma de movilidad social porque casi todos los que participan en ella buscan de una forma u otra mejorar su condición socioeconómica, que no es malo, si no es  sobre las falsas promesas, las descalificaciones a la verdad o de la corrupción y la mezquindad o sobre los escombros de la dignidad de los demás en el ejercicio de la política, que debe siempre ser arte y ciencia de cambios sociales colectivos que es capaz de alcanzar la conciencia más noble después de la filosofía, como la definió el padre de la Patria Juan Pablo Duarte. 

En tal sentido, debemos estar mosca con una franja de nuestros nacionales que actúan en política con un alto sentido solo de su interés de una oportunidad personal para ellos y los suyos, no disimulando exhibir de forma desesperante y hasta vulgar que para ellos y para una claque sin conciencia de causa, ni compromiso que valora más el engaño, la mentira y la falsedad, que la propia verdad y su razón de ser en lo que están o deben de hacer. 

En tal sentido, es lo que ha ocurrido para el país en este gobierno como vamos de mal en peor. Lo que explica que hoy aparece en la JCE un millón de ciudadanos inscritos de manera simultánea en los padrones de 8 partidos políticos, todo porque parte importante de la población busca protegerse pa’ por si acaso.

Esto nos dice la pérdida de confianza y credibilidad en gran parte del liderazgo nacional porque su modus vivendi ha sido poner huevos en muchas canastas para sacar ventajas y beneficios particulares para los suyos a lo interno de los partidos, que ya experiencias vistas sobran en nuestro sistema partidario, que debemos ir superando y cuidar a cualquier precio para el bien de la DEMOCRACIA.